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Trama

En el siglo XVIII, con la llegada de la Ilustración, la época en la cual las tinieblas de la ignorancia del Medioevo fueron disipadas por la luz de la razón, hubo una explosión artística inmensa alrededor del globo. Nos encontrábamos en la fase final del Clasismo y el Barroco, un estilo completamente exagerado y extravagante, dirigido únicamente a los temas religiosos, ya fuera en pinturas, himnos u obras teatrales. En el ámbito musical, Mozart y Beethoven mostraban toda su gloria y un estilo completamente novedoso y poderoso, música más sencilla de un estilo galante. En lo que se trataba de las artes plásticas, Jacques-François Blondel imponía un nuevo estilo arquitectónico, mientras que en la pintura, artistas como Antoine Watteau y Francisco de Goya se daban a conocer entre los demás y en la escultura Inácio Ferreira Pinto iluminaba las iglesias con su bellas esculturas.

Sí, el mundo era por sí mismo un sitio que donde sea que mirarás podías apreciar arte, sólo que no todas las personas podían notarlo. Fitzwilliam Glucksburg era un hombre completamente humanista. Al contrario del resto de su familia no se consideraba un hombre religioso, era más bien algo escéptico y fiel seguidor de los pensadores y filósofos de su época. Era un hombre con una gran fortuna, pues su familia se dedicaba al negocio del algodón en el Nuevo Mundo, pero esos temas jamás fueron de su interés. Lo que al en verdad lo apasionaban eran las artes, no una sola como la música o el teatro, sino TODAS. Era un cliente recurrente en los teatros, óperas y galerías del país. De hecho él hubiera querido aprender a tocar algún instrumento o a pintar, pero sus padres decían que esas cosas no eran relevantes, que los artistas terminaban en la calle y él debía continuar con el negocio familiar. Sin embargo Fitz terminó con el legado familiar, creando un colegio donde los estudiantes podrían tomar la oportunidad que él jamás tuvo y expandir sus dones artísticos con libertad. Esté colegio sería una leyenda, conocido como: Young Minds.

Actualmente es uno de los internados artísticos más prestigiosos del mundo, recibiendo estudiantes de todo el mundo, y no sólo simples estudiantes sino hijos de las personas más influentes: empresarios, actrices, cantantes ¡incluso miembros de la nobleza! El colegio daba una amplia gama de actividades y los mejores profesores que se pudieran encontrar, sin contar que tenía la tecnología número uno en sus instalaciones. No era sorprendente mostrar que era una escuela realmente cara.

Los actuales dueños del colegio no son para nada parecidos a su noble fundador. A ellos todo lo que le importaba era ganar y ganar más capital. Eso, y dar una gran apariencia ante la sociedad. Pronto la gente se volvió escéptica y comenzó a desconfiar del colegio, acusando que no enseñaban un verdadero amor por las artes sino a formar un alumnado selectivo para sus propios intereses. Para acallar estas acusaciones deciden crear la beca “Fitzwilliam Glucksburg” con la cual los mejores talentos con bajos recursos recibirían la oportunidad de ser instruidos en Young Minds.

Los rumores en el exterior fueron callados, pero el abuso que sufre dentro de sus cuatro paredes es alarmante, los chicos de clase alta no hacen más que mofarse y menospreciar a los chicos becados y obviamente estos no se quedan de brazos cruzados. Esto ha llegado a convertirse en una guerra, donde sólo podrá triunfar el mejor en su campo, y algunos harán lo que sea para conseguirlo.

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